Cortesía Adrián Fernández, maestro barista, con una copa de café recién infusionado |
Consumo
regular de café: Reducción tasas de mortalidad total y específica
A la luz de los
conocimientos científicos actuales, el consumo regular de café se asocia con
una reducción tanto de la tasa total de muerte cuanto de la tasa especifica de
mortalidad por las principales causas de enfermar y morir en el mundo:
cardiovasculares, respiratorias, neurológicas, digestivas, metabólicas,
cirrosis, diabetes, entre otras.
Esta contundente
afirmación se nutre de los hallazgos de numerosos estudios observacionales
prospectivos publicados en revistas de prestigio por grupos de investigadores procedentes
de casi todos los continentes (Europa, Asia, América, Oceanía).
En las siguientes líneas voy a resumir los resultados
de una parte de los principales artículos científicos internacionales,
publicados en los últimos dos años, sobre todo, durante el 2021, que han constatado
este hecho: asociación inversa entre el consumo habitual de café y la
mortalidad total y específica.
Digo últimos 2 años porque los de los años anteriores los analizamos exhaustivamente en la entrada anterior. Se trata de ilustrar con estudios fidedignos,
muy recientes, lo anteriormente mencionado. Como veréis, en todo momento
menciono las fuentes bibliográficas, que plasmo al final de este contenido,
pues se trata de informar rigurosamente, huyendo de la especulación y de la
palabrería vacua y engañosa, que tanto mal ha hecho y hace, alimentando dogmas
y prejuicios sobre éste y otros temas.
Estudio prospectivo italiano (febrero 2021)
Empecemos con un
estudio prospectivo, publicado en febrero del 2021 en una revista de prestigio
(The Journal of Nutrition), en el que se observó, tras estudiar a 20.487
italianos (hombres y mujeres, de 35 a 94 años), durante 8 años, una asociación
entre el consumo regular de café y una reducción de la tasa de muerte por todas
las causas, especialmente por enfermedades cardiovasculares: 28% con 3 a 4 espressos
diarios, con respecto a los no bebedores y a los que consumen menos de una taza
diaria (espresso).1
Estudio prospectivo japonés (marzo 2021)
El siguiente
artículo que selecciono se publicó un mes más tarde, en marzo del 2021 (Stroke),
también con resultados fructíferos para los amantes del café.
Se trata de otro estudio prospectivo, en el que se valoró una muestra muy representativa, 46.213 japoneses, de 40 a 79 años de edad (478 supervivientes de ictus, 1214 supervivientes de infarto agudo de miocardio y 44.521 sin historia previa de infarto de miocardio ni ictus), durante 8 años, al cabo de los cuales se apreció una asociación entre el consumo regular de café y una reducción de la mortalidad por todas las causas, tanto en las personas sin antecedentes de infartos de miocardio ni ictus (14%, con 1 taza café/dia; 18%, con ≥2 tazas al día) como en los supervivientes de infarto agudo de miocardio (39% de disminución mortalidad total en bebedores de ≥2 tazas diarias de café), con respecto a los no bebedores de café.2
Estudio prospectivo español (abril 2021)
Un mes más tarde, en abril 2021, se publicó
otro estudio prospectivo (Nutrients), el Estudio de Nutrición de
Valencia (España), en el que tras controlar y seguir a 1.567 participantes, de
20 o más años de edad, durante 18 años, vuelven a revelar una asociación inversa
entre el consumo de café y la mortalidad por todas las causas, así como por
cáncer.3
Efectivamente, en comparación con el no
consumo, el consumo de café de una o menos tazas por día se asoció con una
reducción del 27% en la mortalidad por todas las causas, y el consumo de más de
una taza / día (rango 2-6.5 tazas / día) se asoció con una reducción del 44% en
la mortalidad por todas las causas. Además, el consumo de más de una taza de
café al día también se asoció con una reducción del 59% en la mortalidad por
cáncer después de 18 años de seguimiento.
Estudio prospectivo de Corea del Sur (abril 2021)
También en abril
del 2021 se publicó otro estudio prospectivo (Science) con resultados
similares a los anteriores. En este caso, se trata de una población de Corea
del Sur, constituida por 173.209 personas, evaluadas durante 9 años, tras los
cuales apreciaron cómo los que consumieron más de tres tazas diarias de café se
beneficiaron con un riesgo reducido de mortalidad por todas las causas: 21%
(HR: 0,79: Intervalo de confianza al 95%: 0,66 a 0,95). Además, el consumo de
tres tazas diarias se asoció con una reducción de la tasa de muerte por
procesos cardiovasculares: 38%.4
Revisión sistemática y metaanálisis dosis-respuesta: café y reducción mortalidad en diabéticos (mayo 2021)
Prosigamos. Ahora, valorando el consumo de
café en una población muy vulnerable, de gran riesgo cardiovascular, la
constituida por diabéticos. Veámoslo, pues.
Se trata de una
revisión sistemática y metaanálisis dosis-respuesta de estudios observacionales
longitudinales internacionales que han evaluado la asociación entre el consumo
de café y la mortalidad en diabéticos, publicada en mayo del 2021 (Nutrition,
Metabolism and Cardiovascular Diseases).5
Pues bien, tras
aplicar un riguroso aparato estadístico, como en todos estos estudios,
comprobaron que el consumo regular de café, 4 tazas diarias, por parte de
personas con diabetes tipo 2, se asociaba con una significativa reducción de
las tasas de muerte: por todas las causas, un 21% (HR: 0.79; IC 95%: 0.72 a
0.87; n = 10 estudios); un 32% por coronariopatías (infarto agudo de miocardio,
angina de pecho...); un 40% de disminución de la tasa de mortalidad
cardiovascular, con respecto a los diabéticos no bebedores de café.
Estudio prospectivo Consorcio de Cohortes de China, Japón, Corea del Sur y Singapur (septiembre 2021)
Saltemos ahora a
septiembre del 2021, para referir la cosecha de otro estudio asiático, el
correspondiente a un Consorcio de Cohortes de China, Japón, Corea del Sur y
Singapur, que incluyeron a 248.050 hombres y a 280.454 mujeres, pertenecientes
a 12 estudios prospectivos. ¿Qué fue lo que descubrieron? Pues que los hombres
y mujeres que bebían, al menos, 5 tazas diarias de café tenían un menor riesgo
de muerte por todas las causas: 24% y un 28%, respectivamente. Igualmente,
apreciaron asociaciones inversas entre el consumo de café y la mortalidad
específica por enfermedad cardiovascular y por cáncer.6 Nada que a
estas alturas no sepamos ya.
Estudio prospectivo europeo: consumo de café asociado con menor mortalidad y mejor estructura y función del corazón (octubre 2021)
El siguiente
artículo que elijo se publicó el 14 de octubre del 2021 en la revista oficial
de la Sociedad Europea de Cardiología (European Heart Journal).7
Me parece especialmente interesante. Veamos por qué.
Los autores,
investigadores británicos y búlgaros, tras evaluar a 468.629 individuos de la
cohorte BIOBANK del Reino Unido (edad media 56,2 ± 8,1 años, 44,2% varones),
durante 11 años de seguimiento, observaron que el consumo de 1 a 3 tazas de
café al día se asociaba con una reducción de la mortalidad total (12%),
mortalidad cardiovascular (17%) y de la incidencia de ictus (21%), con respecto
a los no bebedores.
Además, el estudio
del corazón de 30.650 participantes, mediante resonancia magnética, reveló
mejor estructura y función cardiaca en los bebedores de café de 0,5 a 3 tazas
diarias y en los que bebían más de 3 tazas al día versus no bebedores de café.
Como habéis
apreciado, en este estudio no sólo estudiaron a un número notable de personas
(casi medio millón), durante un tiempo relevante (11 años), sino que, además,
evaluaron en un grupo importante de los mismos (30.065) la estructura y función
de su corazón con un método diagnóstico fiable, la resonancia magnética, con
magníficos resultados, dado que los bebedores de café tenían un corazón más
saludable, lo que concuerda con otros estudios que han mostrado como el consumo
regular de café se asocia a una reducción del riesgo de insuficiencia cardíaca,
uno de los más relevantes publicado recientemente, en abril del 2021 (Nutrients).
Mucho podríamos
hablar y escribir sobre el gran efecto cardiovascular exhibido por el café,
incluidos efectos antihipertensivos y antiarrítmicos, según lo constatado en
rigurosos estudios científicos. Aunque esos temas y otros muchos, verdaderas
bondades del café, los dejaremos para otros artículos o contenidos de esta
columna, que ahora se estrena.
Otro estudio prospectivo de Corea de Sur (noviembre 2021)
Otro estudio asiático se publicó el 15 de noviembre
del 2021 (International Journal of Food Sciences and Nutrition).8
Se trata de dos cohortes
de Corea del Sur, que incluyen a 192.222 participantes, donde se vuelve a
constatar como el consumo regular de café se asocia con un menor riesgo de
mortalidad por todas las causas: 16% [HR (IC del 95%) = 0,84 (0,77-0,92), para
≥3 tazas / día de consumo de café en comparación con los no bebedores. También
observan reducción de las muertes cardiovasculares, respiratorias y diabetes.
Valoración de la asociación entre el consumo de café con azúcar, sin azúcar y con edulcorantes y la mortalidad total, por procesos cardiovasculares y por cáncer (mayo 2022)
Para no aburrir al personal, voy a concluir el recorrido por esta serie de estudios prospectivos, que han revelado una asociación inversa entre el consumo regular de café y la mortalidad total y específica, con un estudio prospectivo, publicado muy recientemente, el 31 de mayo del 2022 (Annals of Internal Medecine), ciertamente original, pues, por primera vez, valoran una gran variable: el azúcar o edulcorantes añadidos al café. (9)
Así, tras seguir a 171 616 participantes (edad media, 55,6 años [SD, 7,9]), durante 7 años, observan una asociación entre diversos consumos de café sin añadir azúcar (>0 a 1,5, >1,5 a 2,5, >2,5 a 3,5, >3,5 a 4,5 y >4,5 tazas/día) y significativas reducciones de las tasas de mortalidad total, que oscilan de un 16% (>1,5 a 2,5 tazas/día) hasta un 29% (de 2,5 a 4,5 tazas diarias), pasando por un 23% (con más de 4,5 tazas diarias).
También apreciaron una significativa reducción de las tasas de mortalidad por procesos cardiovasculares y por cáncer asociada al consumo de café sin azúcar.
A mi entender, es tal la riqueza en micronutrientes saludables del café que sus efectos saludables no se pierden al añadir azúcar al café (espero que sea poca cantidad), aunque sí cuando se añaden ultraprocesados como los edulcorantes artificiales.
¿Cuál
es la cantidad de cafés diarios que más reduce la mortalidad?
Pues
después de analizar gran parte de los estudios científicos publicados en la
última década que han valorado este aspecto, diré que 3 a 5 tazas diarias es la
cantidad de café que en mayor grado reduce la tasa de muerte por todas las
causas. De un 11% a un 28%, según el estudio.
Aunque también es
cierto que la reducción de la mortalidad empieza a verse a partir de una dosis
diaria (un 8%).
¿Se
observa lo mismo con café descafeinado?
Excepto el gran efecto neuroprotector del
café, que sólo se aprecia con café integro, con cafeína, la mayor parte del
resto de efectos saludables se aprecian también con café descafeinado, aunque
en algunos procesos o enfermedades, en menor grado.
¿Con
qué tipos de cafés se aprecian resultados tan saludables?
En la
mayor parte de los estudios no especifican la especie de café utilizada
(arabica o canephora/robusta), ni la forma de prepararlo (con cafeteras de
filtro, como la Chemex o la V60, con “cafeteras convencionales”…) ni la
cantidad por taza (por ejemplo, un espresso tiene, usualmente, 8 gramos de café
en 30 ml de agua a 90-92 grados centígrados), ni la calidad del mismo, aunque
no creo que ningún estudio se haya hecho valorando sólo cafés de especialidad,
pues, en tal caso, no sólo las características organolépticas de aroma y sabor
son muy superiores al resto, sino posiblemente sus efectos saludables, por
poseer más antioxidantes.
¿A
qué pueden atribuirse los efectos saludables del café?
De entrada, quiero dejar muy claro que el
café no es sólo cafeína, pues es muy rico en polifenoles, flavonoles,
diterpenos, de gran potencia antioxidante, como la trigonelina, que durante el
tueste se transforma en una vitamina, la niacina, prebióticos, como los
arabinogalactanos que incrementan la síntesis de beneficiosas bacterias
intestinales.
No olvidemos que
envejecemos porque nos oxidamos. Aprovecho este
momento para decir que la cafeína, además de su reconocido efecto antagonista
de los receptores de adenosina A 2, también ejerce efectos antioxidantes,
aunque son los polifenoles del café los responsables del gran efecto
antioxidante del mismo.
Así, según un
estudio publicado en 2006 en la revista oficial de la Sociedad Americana de
Nutrición (American Journal of Clinical Nutrition), entre los 50
alimentos más ricos en antioxidantes, el café ocupa el sexto lugar, por su gran
riqueza en ácido clorogénico del grano verde (5 cafeoilquínico). Además, algo
que no tantos saben, es que durante el tueste se producen una serie de
compuestos (melanoidinas, fenilindanos y pirocatecol) que exhiben aún mayor
potencia antioxidante que la dependiente del ácido clorogénico del grano verde.9
Incluso, durante el
2020, se publicaron dos excelentes estudios que demostraron que tales productos
(sobre todo, el pirocatecol), tras un estrés celular inicial, activan sistemas
de transcripción (factor eritroide nuclear dos), que contribuyen a incrementar
la producción celular de sistemas enzimáticos antioxidantes, de efectos antiinflamatorios
y reparadores de anomalías del ADN. 10, 11
¡Ojo! Estamos
hablando de que el café puede proteger nuestro material genético, como se ha
apreciado en, al menos, tres estudios experimentales, mostrando que, tras su
consumo agudo ( a las pocas horas) o prolongado (tras un mes), se reduce el
número total de roturas espontáneas del ADN con respecto a los del grupo
control.12-14
En otros estudios,
se ha observado como el consumo regular de café se ha asociado con una cierta
capacidad para frenar el acortamiento acelerado de los extremos de los
cromosomas (telómeros).15,16
¿Sabéis lo que pueden significar estos estudios? Pues
que el consumo de café puede afectar favorablemente a nuestro reloj biológico,
haciendo que nuestra edad biológica sea menor que la cronológica, casi parecido
a lo que inequívocamente hacen el ejercicio físico regular y una dieta
saludable como la Dieta Mediterránea, todo lo contrario de lo que promueven el
tabaco, la obesidad o el estrés.
Tampoco quiero
soslayar otra vía que podría explicar parte de los efectos saludables del café:
el aumento de la riqueza y diversidad de la microbiota intestinal (billones de
microorganismos), con predominio de las bacterias y levaduras de efectos antinflamatorios
con respecto a las que ejercen efectos proinflamatorios, cuidando así el eje
intestino-cerebro el eje intestino-corazón. 17,18
Cambio de paradigma
De esta forma,
empezamos a ver una transición en la valoración de esta bebida universal, pues,
si antes se destilaba un profundo dogmatismo, al considerarla como poco
saludable, que se heredaba de una generación a otra, no sólo de profanos sino
también de profesionales sanitarios, ahora, desde hace poco más de una década, la evidencia científica está demostrando que
el consumo regular de café es uno de los estilos de vida más saludables que
existen, prácticamente al nivel de la práctica regular de ejercicio físico,
aeróbico y de fuerza, y de una dieta saludable, a base de productos frescos y
de temporada, con predominio de fruta, verdura, pescado, frutos secos, aceite
de oliva virgen extra, entre otros saludables alimentos.
Mimemos,
admiremos y promocionemos a los caficultores y a los baristas
Pero sería muy
aconsejable que el café fuera de gran calidad, con una caficultura esmerada que,
a poder ser, alumbrara cafés de más de 80 puntos en la escala de cata
internacional, o sea, cafés de especialidad, que, luego, deben tostarse
óptimamente para que en los domicilios o en las cafeterías de todo el mundo
sean preparados con técnica barista o, mejor, por baristas, extraordinarios
profesionales, con profundo conocimiento de cata, tueste (muchos son magníficos
tostadores), con gran dominio de las diversas técnicas de preparación del café,
además de ejercer, muchos de ellos, de auténticos embajadores del café.
Os confieso que
suelo considerar a los baristas como proveedores de salud, pues con su óptima forma de preparar el café hace que
fructifiquen más fácilmente sus grandes efectos saludables.
Personalmente,
cuando diariamente preparo cafés de especialidad con la Chemex o la V60, al
llegar a la preinfusión, momento en que parecen expandirse los gases del café,
evoco emocionadamente a todos los caficultores del mundo, que con su esfuerzo y
denuedo, a lo largo de todo el año, consiguen tan buenas cosechas. Luego, tras
molerlo y prepararlo, huelo intensamente su aroma, relajándome verdaderamente,
constatando lo publicado en un reciente artículo científico experimental, que reveló
como el aroma del café reduce el nivel de estrés, con descenso del cortisol
plasmático, disminución de la frecuencia cardiaca y mejor puntuación en una
escala analógica visual, que valora el grado de ansiedad, con respecto a los
que huelen otros aromas u olores.(20)
A continuación, en
boca, me gustan los cafés afrutados, con los que percibo bien la acidez del
ácido cítrico y del ácido málico del café, para, inmediatamente después, notar
un cuerpo sedoso y, finalmente, un postgusto prolongado, con sabores muy
diversos, tantos como sus orígenes y cosechas: a frutos del bosque (grosellas,
arándanos, moras, fresas y frambuesas), a frutos secos (avellanas, nueces o
almendras, por ejemplo), a canela, a cacao, a miel…
En fin, a mi
entender, el consumo regular de café ocupa un escalón del pódium de los tres
estilos de vida más saludables que existen, junto a los ya citados, actividad
física regular (probablemente, el más saludable), y una dieta saludable, a base
de productos frescos y de temporada, como la Dieta Mediterránea o similar.
Todos aquellos que se adhieran a tales estilos de vida se beneficiarán con un
aumento de su esperanza de vida en buena salud y, tal vez, la esquiva felicidad
les sea más fiel.
Dr.
Félix Martín Santos
Facebook: Félix Martín Santos (Buen barista, mejor salud)
Twiter: @FMSFelizconpoco
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